Por primera vez, científicos de la universidad de Bristol han investigado la magnitud y la naturaleza del cambio climático en un mundo con toldo utilizando un modelo climático capaz de simular los cambios en la atmósfera y la circulación oceánica, desarrollado en el Servicio Meteorológico Nacional Británico.

Mediante la estrategia blindada por este modelo climático, los investigadores anularon con exactitud el calentamiento global causado por el incremento del dióxido de carbono en la atmósfera, al disminuir, debido a la colocación de ese toldo especial, la cantidad de luz solar que llega a la Tierra. A continuación examinaron los efectos regionales que esto tendría sobre otros aspectos del clima.

Los investigadores descubrieron un enfriamiento significativo de los trópicos, pero un calentamiento de las regiones polares y la correspondiente reducción del hielo marítimo en esas zonas. También hallaron diferencias importantes en el ciclo hidrológico, en un mundo con toldo generalmente más seco que el mundo natural preindustrial. El promedio de precipitaciones disminuyó un 5% y los mayores descensos ocurrieron en los trópicos.

A pesar de estos problemas, si se compara con situaciones posibles de cambios climáticos sin control en el futuro, los cambios predecibles son relativamente pequeños. Al respecto, las conclusiones del estudio consideran a la ingeniería del toldo espacial altamente exitosa.

Sin embargo, otros problemas no se solucionan con este tipo de geoingeniería. Específicamente, los efectos potenciales de la acidificación de los océanos en ciertos tipos de plancton, la base de la cadena alimentaria oceánica, podrían tener un impacto imprevisible sobre los ecosistemas de un mundo con toldo.

Por tanto, el grupo no puede recomendar la geoingeniería del toldo como una alternativa a la reducción de las emisiones de dióxido de carbono, incluso pasando por alto el elevado precio de tal proyecto y las posibles consideraciones éticas de su aplicación.