La mejor defensa contra el moho es mantener siempre los toldos limpios. Incluso en el caso de telas resistentes al moho, éste crece en la suciedad amontonada o en los elementos extraños que se acumulan en la superficie del toldo.

Para lograr ese objetivo a continuación les proporcionamos una serie de consejos:

• Riegue el toldo o aplique un suave cepillado, con cepillo o esponja, utilizando un jabón neutro con gran cantidad de agua.

• No utilice agua caliente.

• Limpie el toldo con manguera de vez en cuando. Es recomendable hacer dicha limpieza en un día caluroso y soleado.

• Mantenga la parte inferior del toldo limpio, para el proceso puede utilizar una escoba doméstica.

• Mantenga el toldo alejado de los arbustos y enredaderas, ya que votan diferentes ácidos que pueden dañar a los toldos.

• Compruebe que los armazones del toldo no se están oxidando. No es muy plausible, pero de ser así deteriora la lona del toldo.

• No doble o enrolle el toldo en un ambiente frío.

• No arrastre el toldo sobre cualquier superficie áspera (cemento, asfalto, etc.).

• No permita que el agua permanezca en el centro del toldo, ya que puede causar un estiramiento o crear una bolsa de agua.

• No pase por alto pequeños rasguños en la tela, ni permita que objetos afilados o punzantes logren rasgarla.

• El toldo debe estar inclinado como mínimo un 15% para dejar caer el agua de la lluvia y que ésta no se acumule en la parte central del toldo.

• Nunca lave sus toldos con una solución fuerte, ni frote demasiado con un limpiador abrasivo.

• No fuerce el toldo al enrollarlo o desenrollarlo.

• No almacene el toldo húmedo o mojado, puede producir moho.